Se caracteriza por hiperglucemia o aumento del azúcar en la sangre que aparece durante el embarazo y alcanza valores que, pese a ser superiores a los normales, son inferiores a los establecidos para diagnosticas una diabetes. Las mujeres con esta enfermedad corren mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazado y el parto. Además, tanto ellas como sus hijos tienen mayores probabilidades de padecer diabetes tipo 2 en el futuro. Suelen diagnosticarse mediante las prueas prenatales, más porque el paciente refiera síntomas.
Si el resultado de la glucosa capilar en ayuno se encuentra entre 100 y 125 mg/dl, se establece un diagnóstico de prediabetes y diabetes si la cifra en el mismo estudio se encuentra por encima de 126 mg/dl.