
El placer que nos dan ciertos alimentos provoca una secreción de opiáceos endógenos, la la serotonina, los cuales nos producen bienestar. Pero no por ello vamos a consumir todo el alimento que nos encontremos. No podemos olvidar que los gustos de cada uno son diferentes y cada persona tiene sus propios alimentos nutricionales. En general, la mayoría se inclina por los dulces y las grasas, pero hay a quién le puede encantar el pan o las frutas. El problema está en controlar las cantidades. Por ello, debemos convertir la comida en una aliada y sobre todo en aquellas épocas que sabemos de antemano que son más estresantes. Hay que prestar mayor atención a los alimentos que consumamos, optando por los que nos ayudan a mitigar, en la medida posible el hambre. También para las ensaladas se puede usar aceite acalorico en lugar de aceite común o el de oliva, este nos ayudará a que consumamos menos calorías y comamos saludables.
No debemos dejar a un lado las vitaminas A, B, C, y D, la primera aporta vitalidad al organismo, retarda las infecciones y el desgaste de las membranas mucosas en períodos en los que hay tensión. La encontramos en el hígado de ternera y pollo, así como zanahorias, espinacas, leche y sus derivados, además de la carne de pollo. No dejemos a un lado que nuestro cuerpo ocupa cobre que participa en la formación de neutro transmisores y proteínas, este se encuentra en el pescado, mariscos, hígado, cereales completos y vegetales de hoja verde. Asimismo el fósforo es otro suplemento rico en proteínas que no debe faltar en nuestra dieta, este lo podemos encontrar en carnes, pescado, huevo, queso, yogur y otros derivados lácteos, aunque también abunda en frutas frescas y secas, cereales integrales y legumbres.
Finalmente debemos decir que todo lo que contribuye a la mejora de la salud en general, a través de un estilo de vida saludable mediante ejercicio físico, relajación, sueño profundo y reparador, ocio, esparcimiento y buen humor. mejorarás también el cerebro y por ende nos ayudará a controlar el estrés. Así podemos enumerar otros beneficios como son la mejora en el estado de ánimo, alivio de la depresión, mayor capacidad de soportar el estrés físico y psicológico, optimización del rendimiento para un mejor desempeño de nuestras actividades y por supuesto, integrarnos socialmente y mejorar el estilo de vida. Por todo esto, paso a paso, kilómetro a kilómetros, todos a movernos y comer bien por nuestra salud.