Es una forma de conservación que se basa en la solidificación del agua contenida en estos. Por ello, uno de los factores a tener en cuenta en el proceso es el contenido de líquidos del productos. Este tratamiento retrasa el deterioro de los alimentos y prolonga su seguridad, evitando que los microorganismo se desarrollen y ralentizando la actividad enzimática que hace que la comida se eche a perder. Esto se debe a que cuando el agua de los alimentos se congela, se convierte en cristales de hielo y deja de estar a disposición de los microorganismos que la necesitan para su desarrollo.
9.22.2015
