El tejido adiposo no es un tejido inerte, se trata de un órgano endocrino que secreta numerosas sustancias, muchas de las cuales son perjudiciales. Estas sustancias incluyen resistina, una hormona del tejido adiposo que favorece niveles altos de glucosa en la sangre; angiotensinógeno, un compuesto que eleva la presión arterial; adiponectina, hormona que regula el metabolismo de lípidos y glucosa; e interleucina-6, una glucoproteína asociada con la inflamación arterial. De hecho, este último es uno de los motivos por los cuales la grasa visceral es particularmente peligrosa, pues la hinchazón puede provocar padecimientos cardiovasculares.
7.31.2014
